visitantes

La universidad secuestrada

26 de marzo de 2012

La universidad secuestrada

Gángster académico

mas información

Luis Porter
LAISUM. - México.


17
 
Nuestras universidades públicas son lugares de creación y de esperanza. O al menos, eso deberían ser. Sin embargo, caminamos por ellas desencantados, sintiendo a cada paso un inevitable malestar. En este artículo voy a escribir sobre ello, sobre ese flagelo que ha logrado situar a la universidad pública en la densa inactividad en la que se encuentra. Lo hago, porque escribir es una estrategia efectiva para atemperar la incomodidad que produce una atmósfera que en lugar de ser crisol para el desarrollo personal, se encuentra atravesada por constantes y recurrentes actuares tan destructivos como irresponsables. Me refiero a la universidad secuestrada por esos personajes cuyo afán de dominio la fracturan en grupos de interés, cuyo mapa se dibuja en términos políticos de poder, expresados en el lenguaje de la razón técnica, resabios de una sociedad disciplinaria, cuyo discurso hoy adquiere la sintaxis propia de la burocracia administrativa, como parte de un sistema de capitalismo que ha pasado de lo disciplinario a la sociedad de control.
El afán de dominio de algunos académicos que así entienden su carrera, se nutre de una racionalidad instrumental que esgrime la censura para oponerse a las emociones, y con ello al disfrute propio del conocimiento. Una carrera académica trocada en dominio administrativo y tecnocrático que desalienta su potencial hacia acciones unificadoras que lleven a la reconquista de espacios de libertad. En un medio así, solo la voz interior provee de la fuerza necesaria para continuar trabajando en la educación de los jóvenes estudiantes, compartiendo con ellos las preocupaciones y problemas de un mundo en cambio, recobrando el sentido y la acción.
Los que deambulamos por la universidad en busca de un mejor camino, intentamos evadir las dinámicas que obstruyen, detienen, desvían las posibilidades de madurar teóricamente, de lograr una integración interdisciplinaria en proyectos visionarios, de formar parte de un todo. La estrategia es unificar, sumar fuerzas, superar rupturas, desde las que nos separan de la Naturaleza, hasta las que nos separan de nuestros colegas y de la sociedad. La tarea es reencontrar ese mejor camino que pasa por el arte y la cultura, cuya acción comunicativa es capaz de llegar a la dimensión espiritual de nuestros estudiantes. Ello requiere de una voz poética, la voz que se resiste a la mentalidad político-administrativa con la que se ha investido el que hoy asume el papel del amo.
Hemos estudiado a las universidades. Durante años hemos vivido en ellas. Lo que observamos lo hemos analizado por medio de la teoría y de la investigación. Conocemos bien sus estructuras, sus habitantes, sus múltiples sentidos, sus dinámicas, sus promesas. Gracias a lo que sabemos y conocemos, podemos afirmar que en la universidad pública mexicana de hoy, conviven dos mundos, el de los que desde su yo establecen comunicación con los demás, permitiendo que la universidad se exprese ante el mundo, y el de los que desde su Gran Yo imponen el silencio y la inmovilidad, ignorando al otro, y logrando que en la universidad impere la inacción. Los ecos que emanan de la universidad, surgen de aquellos pocos cuerpos académicos naturales que establecen redes y conversaciones con el mundo que los rodea. La callada inercia que la mantiene muda y rezagada, proviene de los enemigos de la palabra, que en lugar de cuerpos forman pandillas, controladas por esos elementos que han logrado posiciones, como resultado de componendas, alianzas, pactos y oscuras negociaciones.
La universidad se ha visto de esta manera transformada en un mapa invisible de grupos y grupúsculos, caracterizados por su capacidad de impedir y trastornar todo proyecto renovador y creativo que los amenace. Una universidad que por encima de su creatividad, de sus innegables talentos, ha sido inducida a la simulación, al vacío de ideas, a la incapacidad de proyecto, la intolerancia, las des-civilización, la acción indirecta, el enfrentamiento lateral u oblicuo, el golpe artero, donde el imperio de una racionalidad que se asume arbitrariamente científica, impera por encima del de la sensibilidad humana.
La relación académico-educación está íntimamente relacionada con la esfera de relación con uno mismo y la esfera de relación con el otro, que toca a la alteridad humana. Desde esta perspectiva, el ejercicio de educar, el papel que jugamos en la universidad, nos obliga o insta a hacer contacto con uno mismo para, desde uno mismo dirigirnos hacia las esferas del otro. Esto ocurre en una relación de ida y vuelta que implica apertura, transdisciplinariedad y comprensión. Cuando esto no ocurre, cuando esto se ignora o se rompe, el mapa de relaciones humanas en la universidad, y de relaciones con el entorno, se trastorna. Todos nosotros, los universitarios, que incluyen a usted, lector, interesado o familiarizado con la educación superior, estamos en posibilidad de dibujar el mapa de fuerzas y vectores que pesan sobre de nuestra institución. Basta imaginarlo para constatar que su estructura no coincide con la del organigrama, ni con el diagrama de carreras o departamentos, ni con los intereses de los estudiantes y sus maestros. Es un mapa que se dibuja desde la complicidad, el hábilidoso manejo de la legislación, el subterfugio, la influencia, la presión, el oportunismo, en suma, la manipulación. Un mapa que se dibuja con nexos entre corrillos de poder, en coordenadas y latitudes ajenas, lejanas y contrarias al ambiente avanzado y democrático que debería prevalecer en una institución creada para enseñar a pensar. Son fuerzas encontradas que cumplen sorprendentemente con su objetivo de silenciar y paralizar a la institución. Enclaves invisibles que se comportan como feudos. Espacios excluyentes al desafío o a la visión distinta que implique resistirse o disentir. Ante el bloqueo, la imposibilidad, la frustración, que provocan las barreras a la constitución y la formación de nuevos cuadros que logren desplazar al de estas pandillas, la universidad ya no se divide en corrientes de opinión, en posiciones teóricas o en corrientes de pensamiento diversas. En su lugar hoy está fracturada en territorios manejados por un personaje cuya investidura no lo cubre como para disimular su verdadera identidad de gángster académico.
Nos referimos específicamente a los profesores y profesoras amparados por grupos y cofradías, desde donde se vetan o aprueban, se bloquean o facilitan, se incluyen o excluyen, a los que forman o no forman parte de sus intereses personales. En esta lucha de intereses, la universidad está fuera de cuadro, situada a un lado, utilizada como plataforma donde anidan, despegan y aterrizan los buitres del poder. Este barrio marginal y orillero, no es diferente al de cualquier “gangland” en el que se circula por callejones peligrosos, túneles del organigrama universitario, desde donde se dirige el tráfico, se definen destinos, se paralizan movimientos.
La estrategia principal del gángster académico es la muerte intelectual de esos otros que considera sus enemigos, lo que equivale a decir, la muerte institucional que hoy nos amenaza como consecuencia de los usos y costumbres que nos invaden. La sociedad del control, es manejada por aquellos que siempre están pendientes y presentes cuando hay una votación en juego, una decisión que pueda afectarlos, el manejo del presupuesto, la convocatoria, los puntos y galardones del prestigio, el camino al puesto, los filtros para publicar, etc. Controlar es impedir, limitar y castigar a los que se entrometen o amenazan en el espacio que lograron a base de transacciones, pleitesías e incondicionalidades.
Estas pandillas comienzan usualmente a conformarse buscando la protección de sus pequeños intereses, conquistando posiciones en el poco disputado juego burocrático, abandonando paulatinamente su condición de intelectuales, de investigadores o de docentes, para dedicarse de lleno al manejo de la jurisprudencia universitaria, el detalle en la amplia gama de normas, reglamentos y procedimientos, que termina conformando su traslado de la carrera académica a la carrera burocrática. Una vez en dicho terreno, se mueven con la agilidad de las arañas en la sutil tela de la estructura jerárquica, donde escalan por el camino de las comisiones, jefaturas, áreas, o departamentos, cuidando de vaciar de sentido cualquier iniciativa que ponga en juego la inercia propia que les ha permitido prosperar. En su pusilanimidad, van creciendo y fortaleciéndose como predadores, alimentándose muchas veces de los mismos colegas a los que prometieron defender.  
Cuamea actuando bajo los dictados de su conciencia
¿Cómo conciben las pandillas académicas y sus cabezas la política universitaria? La conciben asumiendo un carácter directivo, como quien se adueña de la institución, buscando siempre acrecentar su influencia. Lejos están de concebirla como una red de conversaciones en la que intervienen muchos actores. El gángster académico está preso en su Gran Yo y desde su individualidad ignora a esos otros que no conocen los vericuetos y fracturas de la estructura universitaria como él/ella lo hace en todos sus detalles. Mientras los demás transitamos por los caminos propiamente académicos, la investigación, la docencia, el servicio, el Gran Yo del gángster académico, los desprecia y subestima, y por lo tanto los evade. Obsesionado, ha llegado a creer que sus intenciones, que se reducen al poder y el control, son fácilmente gobernables por él o ella misma y como consecuencia concibe su relación con los demás como una suerte de complicidad, en la que caben solo aquellos que logra convencer, mientras rechaza tajantemente a los que le discuten o disputan. Los otros, es decir, los académicos naturales, normales, capaces de decidir, de delinear sus propias metodologías y caminos, ven neutralizada su capacidad de comunicación, en un medio carente de acción colectiva, de interdisciplina, de interacción, misma que favorece al delincuente, tal como ocurre en el contorno político del país que le sirve de modelo e inspiración.
Cuando hemos confrontado a alguno de estos personajes, que en su egocentrismo están impedidos de asumirse como lo que son, gángsters académicos, lejos están de aceptar, o siquiera concebir, que la razón personal que los mueve, que su particular uso de la razón, va en pos de fines absolutamente egoístas. En estrecha relación con un sentido de autoconservación individual, en el medio confuso de una universidad sin proyecto, que se mueve con la inercia que deja lugar al subterfugio de la inacción, por encima de su conciencia individual, van definiendo y conformando las relaciones con los demás. Se trata de un tipo de razonamiento cuya objetividad se ha subjetivado, reduciendo la razón al ejercicio del cálculo de probabilidades en el juego del organigrama y sus leyes, desvinculado de la existencia humana, sin relación con el mundo ni con el otro, en particular con ese joven individuo que está allí esperándolo en su condición de alumno buscando avanzar en el camino del conocimiento. Nada de eso ocurre, y aun así el gángster consigue y logra una relación de dominio sobre la marcha de la comunidad, contribuyendo eficazmente a su desaceleración y pérdida de sentido institucional.
Debilitada por fuera, pero también por dentro, la universidad enfrenta un presente pasivo, lento, aparentemente inerte, auto-destructivo, lo contrario justamente de las empresas productivas que las estrategias neoliberales buscan emular. La universidad pública se sigue comportando como una dependencia paraestatal, burocratizada y fragmentada, dependiente de caciques, sometida al atropello, produciendo el efecto contrario del que provocaría la libre competencia como lógica de funcionamiento, donde prive la búsqueda de su supervivencia económica. En sentido contrario, sus dinámicas son lentas e improductivas, al punto que período tras período, año tras año, repiten su constante bancarrota, que el gobierno rescata y subsidia muy a su pesar, a disgusto, no sin razón, y por ende, siempre regateando. Eso genera una administración caótica y desatinada, en la que los gángsters cosechan y usufructúan del desorden imperante, por encima de todo escrúpulo y consideración. De esta manera jamás se llega a ajustar la plantilla de personal, corregirla, rejuvenecerla, o fortalecerla en un camino de responsabilidad frente al estudiante y al entorno social, incumpliendo su misión de impulsar un mejor presente, con miras a un futuro deseado.
Obviamente, el gángster académico no se ve a sí mismo como el delincuente que es. Piensa que con su Gran Yo basta, cree que su conocimiento, fuerza, poder o peso es suficiente. No piensa que ese otro al que sistemáticamente agrede, también puede tener poder. No imagina que la intervención del otro, podría acabar con sus aviesas intenciones. Ignora que la vida académica no ocurre de un sólo modo, ni acontece siempre de la misma manera. Hace a un lado que, o bien terminará destruyendo a la institución que le dio cobijo, o bien los que ejercemos una acción contraria, terminaremos abriendo el camino a una universidad social, plural, innovadora, revitalizada en sus esperanzas y contribuciones para un futuro mejor, en donde este individuo ya no tendrá nada que hacer.
Hoy, sin embargo, la universidad todavía marcha dislocada, sostenida y empujada por la gente formal, excepcional que habla en voz alta, que hace ruido, que provoca esos ecos que oyen los de afuera: una universidad que se afirma en si misma de abajo hacia arriba, insistiendo en encontrar las mejores maneras de hacer las cosas. En sentido contrario, de arriba hacia abajo, los gángsters académicos, con su destreza para moverse en la coyuntura, pensando solo en lo inmediato, ejercen la labor del zorro que va tras la gallina, ubicados en la impostura, culposos y nerviosos ante el anticipo de su posible fracaso. Mientras que el académico formal ve al futuro y hace cálculos estratégicos, sabiendo que cuánto más sistemático será más coherente y formal, el gángster improvisa en su visión corta, en forma artesanal, sujeta a los imprevistos, a las sorpresas propias de lo no meditado que a la postre le servirá de condena. 
¡Si lo ves, denúncialo!
¿Qué es lo que ha mantenido hasta hoy en el poder a estos delincuentes? Hay varios factores que pueden servir de respuesta a esta crucial pregunta: el peso de las variantes, la falta de planeación directiva, la falta de proyecto nacional, de guía estructural, el hecho de seguir en la dinámica de arcos direccionales cortos, alejados de una visión de largo alcance construida colectivamente. Pero también la lucha contra la impotencia a la que fueron condenados tantos profesores y profesoras, comprometidos con la educación y con sus estudiantes, que alguna vez confluyeron en el diseño de estrategias superiores, es decir, trabajaron en forma sistemática e inteligente. Porque es solamente desde la recuperación de la dignidad perdida, que el Gran Yo del gángster se verá desplazado hasta encontrarse a merced de los que ignoró, combatió y buscó marginar.
Recordemos que en la academia, la forma de aniquilar es marginando, excluyendo, no-invitando. De tal manera que el que no publica, no tiene asesorados, no presenta ponencias, no forma parte de comisiones, y se ha reducido a cumplir apenas con la docencia mínima, recibiendo su sueldo, manteniendo su plaza, desde la Siberia académica a la que lo han confinado, podría y debería transformar esa celda en un fabuloso espacio de puertas abiertas, desde donde fortalecerse para regresar y sumarse a los otros desplazados concertando acciones, y, en su calidad de académico formal, legal, decente, recuperar el sitio de jerarquía del que lo desplazaron. Una vez retomado su lugar, y habiendo recuperado su ascendiente sobre los demás actores, ejercerá con su cálculo estratégico sensible, personal e intuitivo, propio del yo sano, propio del que escucha y le hace caso a su inconsciente, la toma de decisiones que fortalezca el proyecto de su universidad.
Frente al gangsterismo académico, es requisito urgente retomar el control sobre nuestro proyecto de universidad renovada, y desde allí sumar fuerzas para recuperar la capacidad de gobernar el que debe ser nuestro proyecto. Concertar, sumar fuerzas, comunicarnos, lograr acuerdos, es la base de una planificación que nos permita recuperar el gobierno de nuestra universidad. La acción inteligente concertada no debe seguir dejando espacio para los gángsters.
Al planificar viendo a un futuro idealizado, decidiremos junto a esos otros, con la calidad de personas sanas y maduras que se ubican entre el conjunto de actores que influyen y deciden sobre la universidad. No es posible hacerlo si el ambiente enrarecido de hoy continúa impidiendo que construyamos un plan conjunto. El académico revolucionario solo lo llega a ser cuando tiene un proyecto sólido, meditado, negociado, estratégico. Es el proyecto el que ayuda a gobernar el proceso que comienza con la recuperación del espacio académico. Esto nos obliga a tener capacidad de gobierno, que no se logra manipulando la legislación y creando grupúsculos de poder, sino cumpliendo con el triángulo de gobierno: proyecto, capacidad teórica y gobernabilidad. Lo anterior requiere de capital intelectual, visión, experiencia; capital político, es decir, poder y peso, y por último, como suma de estas dos, capacidad de proyecto.
Hoy más que nunca es imperativo volver a escuchar nuestra voz interior, esa voz que resiste al que se asume como amo y señor. El gángster cambia de rostro, de nombre y de herramientas. El inconsciente no, pues su esencia es la resistencia, y la búsqueda de caminos para superar la censura. Frente a la grilla del gángster hay que anteponer la política del buen académico que busca el mejor camino. “El inconsciente es la política” (lo tomo de Braunstein citando a Lacan) y por ello hemos de acudir al inconsciente donde reside nuestra fuerza que se expresa en nuestra capacidad de recuperar el disfrute, la satisfacción que nos da retomar los caminos de nuestros ideales. Es desde el compromiso con nosotros mismos donde espera la creatividad, que podremos vencer la trampa de las sociedades de control que nos impiden ser. Es con las capacidades propias del universitario, que lograremos recuperar nuestra universidad.  
Comenta esta nota  Comenta este contenido

Nombre:
E-mail:
*

Comentario:
Ingresa el codigo que muestra la imagen en el siguiente campo
Codigo: *  

Nombre: Jorge Cuauhtémoc Villasana Cruz Fecha: 2012-03-29
Comentario: La virtud en la expresión escrita es, has sido y será una de las herramientas más efectivas para la transformación de conciencias sociales, en la transformación de un cambio puro y honrado, sano y racional en la sincronía de la verdad. Dr. Usted señala que escribir sirve para decir la verdad aunque incomode, pero también sirve como usted lo afirma en brindar el aliento adecuado para la transformación de la sociedad. La conciencia sana de una persona habla ampliamente de lo justo, lo responsable, lo equitativo, lo honesto y lo eficaz que tiene para su entorno académico, y esta conciencia personal tal vez ha sido adquirida por aquella persona que haya tenido en su peregrinar de la vida un abrigo hermético como herencia de ética profesional, como manto puro en el pensamiento, como la lucha constante y racional por el devenir de la educación, en donde educación es el entendimiento de brindar la esencia del conocimiento. Es muy probable que mi afirmación de dicha herencia deje algunas dudas dado el abanico de variables que pudieran influir en una persona. Pero es de sobra el reconocer que dicha herencia se encuentra escasa en cualquier latitud del sistema educativo. El porqué lo menciono, tal vez por la complejidad de las circunstancias en el sistema educativo de nivel básico, en el cual he vivido una trayectoria amplia de mi vida a lado de dos personas con identidad permeable y palpable en su vientre, del ser, un excelente docente, en donde la calidad de la educación es, ha sido y será el eje infalible en su estandarte de vida académica. Sin embargo las múltiples pirañas educativas o “el Gran Yo del gángster” como usted señala que llegaron, están y espero que no lleguen a estar en el sistema educativo pronto, han convertido el transitar de la educación en un camino minado de interese elitistas, dejando marginado el devenir educativo, multiplicándose el conformismo burocrático, haciendo alianzas directivas inoperantes, que por más incrédulo que esto parezca abriendo las puertas a hermanos con cero conocimiento pedagógico pero si formado en un cuerpos policiacos, inimaginable, pero cierto, y que en estos tiempos controla algunas instituciones de educación básica en el estado de nivel básico. Aun así la lucha ha sido, es y será el de brindar una calidad educativa que México se merece. Usted cita muy claramente que “El académico revolucionario solo lo llega a ser cuando tiene un proyecto sólido, meditado, negociado, estratégico. Es el proyecto el que ayuda a gobernar el proceso que comienza con la recuperación del espacio académico”. Por tal motivo, en el tiempo que se me dio la oportunidad de retomar aquel fino estandarte, y aprendiendo de las características políticas en que se vive, moveré el estandarte a la suave brisa de los vientos, audaz como felino, flexible y atento como un búho para enfrentar con suma inteligencia los arrebatos de una vida educativa corrupta y luchar para dejar de politizar a la educación. Con la esperanza de trabajar algún día como docente en la universidad, trataré de ubicar siempre a la misma como una oportunidad de encontrarme en el más amplio grupo selecto de personalidades con una amplio conocimiento académico, cultural, social y político, que funge como un ser flexible en la reciprocidad docente-alumno del conocimiento. Quizá el estar claro con la realidad que se vive o que se ha vivido pero espero que se viva de una mejor manera, pueda dar el impulso del plus que uno lleva por dentro con la esperanza heredada por unos excelentes docentes. Saludos Dr. Porter

Nombre: Abril Acosta Fecha: 2012-03-28
Comentario: Felicidades, Luis Porter, por tan atinado artículo. El contenido es relevante no sólo por lo que representa como una evaluación cruda y por tanto, realista, de la vida académica de muchas de las universidades mexicanas, sino porque atiende a una necesidad imperiosa de devolverle el sentido académico a la labor de quienes tienen el honor de ser profesores de tiempo completo.

Nombre: Everardo Fecha: 2012-03-28
Comentario: Dr. Porter: Lo felicito por su texgto y por las excelentes imagenes que lo acompañan y sirven de ejemplo de lo que usted está hablando. El tema lo conocemos todos y por lo que veo en varios de los comentarios, algunos lectores quieren ejemplos. No hay que ir demasiado lejos. La semana pasada el laisum informaba del conflicto en la u de baja california por un despuido para acallar las críticas a la rectporia de esa universidad. Acaso no se trata de un buen ejemplo de gansters académicos. Tambien está el conflicto que se rse!ño aquí mismo por el abuso de poder de una autoridad de la UAm contra el propio diorector del laisum, el dr. ibarra. Hay muchos ejemplos más que haría interminable la lista. Lo importante me parece es lo que plantea el Dr. porter, que actuemos contra esos gangsters y los echemos de la universidad. Bueno, no es fácil pero abriendo espacios como est y otros iremos avanzando hacia un estado de menos arbitrariedad, sobre todo porque debemos mostrar los abusos y no quedarnos apanicados o sumisos. Ojala el debate siga y que nos presenten articulos tan ricos y sugerentes como este. Mi reconocimiento por su esfuerzo.

Nombre: margarita magriñá Fecha: 2012-03-28
Comentario: tener una visión crítica pero también proponer, proponer desde nuestra trinchera, espero no quedarme sin el consejo y realmente llevarlo a cabo

Nombre: Miguel Angel Olivo Pérez Fecha: 2012-03-27
Comentario: Felicidades por el mensaje. Voces valientes así son raras, y por ello muy valiosas. Igualmente valioso es que en las universidades conozcamos casos de doblegamiento de los gangsters académicos; o sea, aquellas experiencias de docentes que sin duda atravesaron infiernos, tanto de los que murieron como de los que no murieron en el intento.

Nombre: BACHM Fecha: 2012-03-27
Comentario: Coincido con esta invitaciòn a pensar, a actuar, a abrir la puerta para que entren otros a platicar. Pero pienso que tal vez es batalla perdida. Parece que ya todo es consenso. El gángster lo es porque hay pandillas. Y las pandillas son generadas y promovidas por las políticas que desmantelan la forma de gobierno, y abre las puertas a las prebendas, la posibilidad de viajar, de recibir premios, etc. Y nadie quiere soltar su pedazo de privilegio, aunque sea pequeño. Y a pocos les importan los estudiantes, ni la investigación ni la difusión. Estamos inmovilizados porque así conviene al imperio. Fuera de México he visto que las humanidades son de adorno en el mejor de los casos, o son herramientas de colonización y de imperio. Las ciencias van a todo vuelo, sobre todo las biotecnologìas. Se unen varios laboratorios para comprar y "compartir" los últimos aparatos, desarrollan metodologìas y productos que valen trillones (así dicen) de dólares, y es un juego muy distinto al de nuestras universidades paralizadas y empobrecidas. Sin embargo, nosotros nacimos libres y para la libertad. Aquí en el extranjero las universidades nacieron para dominar. Es una gran diferencia. Enorme. Simplemente saberlo puede volver a darnos enrgía para trabajar y entender qué estamos haciendo ahí en nuestro pequeño cubìculo rodeados de pequeñas comodidades. Qué tristeza que la universidad estè sumida en la pereza y la simulaciòn. Sobre todo la simulación. Muchos no son gángsters, pero a todos nos han orillado a malas costumbres como los informes y toda la parafernalia para la evaluación. Qué pérdida de tiempo. Desolador panorama si lo pensamos así y pior que pior, citando al clásico, que entre corrección política, utilitarismo y dinosaurismo, no dejamos lugar para los jóvenes y hacemos como el avestruz para no perder toda esperanza. LOS gángsters no tienen imaginación, ni humor, ni creatividad, y se refugian en sus grupos para disimular su incompetencia, copian al primero que pase y suene bien, repiten como loritos y te morirías de la risa del esperpento, pero tienen poder para decidir si te vas de sabático o no, si se publica tu artículo, si por fin tu libro pasa no pasa....

Nombre: Javier Palacios Neri Fecha: 2012-03-27
Comentario: Es incorrecto escribir sobre mafias sin referirse a nombres específicos. Todos conocemos esas actitudes, formas de actuar, modus operandi, pues... Pero es insuficiente con escribir sin citar nombres. ¿O es miedo a esa mafia? El mensaje es firme, pero insuficiente sin nombres... Si nos atrevemos a argumentar, debemos ir más allá: la denuncia viva.

Nombre: Francisco C. Fecha: 2012-03-26
Comentario: Interesante artículo. Sin embargo, la división entre academia y burocracia podría resultar maniquea. Lo que da más miedo es que la academia misma está penetrada de procederes caciquiles: la investigación secuestrada por quienes chupan el trabajo de otros y le ponen su nombre; la docencia secuestrada al convertirse en un juego de barreras, bloqueos y callejones sin salida maquinados al más puro estilo del mobbing. La difusión secuestrada por un desfile de "corrillos de poder" que durante lustros y décadas repiten sus mismos temas bajo el privilegio absoluto de los reflectores. Y esto no sería tan posible si no hubiese quienes se apresuren a aplaudir toda tropelía disfrazada. No se trata de los buenos y los malos, sino de lobos con piel de oveja y ovejas con corazón de lobo.

Nombre: Carmen Fecha: 2012-03-26
Comentario: Me parece que el artículo describe ni mas ni menos la realidad de muchas universidades mexicanas. Felicidades Doctor Porter. Hay que recurperar nuestras universidades, pero.... ¿cómo si todos los intentos de cambio son vistos negativamente y quienes lo promueven son relegados?,

Nombre: Manuel Pérez Tello Fecha: 2012-03-26
Comentario: Felicitaciones por el artículo. Las pandillas de delincuentes "académicos" que se describen son la pura realidad en nuestras universidades. A mi parecer solo faltó decir que en este tipo de ambiente, la mediocridad académica se premia con puestos administrativos y privilegios, mientras que a los líderes académicos sobresalientes no se les considera para puestos de decisión, porque poseen el defecto de tener opinión propia. Lo más patético de esto es que el reconocimiento a nuestros académicos destacados muchas veces proviene del extranjero, más que de nuestras propias instituciones.

Nombre: Alicia Graciela Gonzàlez Luna Fecha: 2012-03-26
Comentario: Este artículo es un retrato en vivo de lo que esta sucediendo en la Universidad de Occidente, donde un microgrupo de "académicos", desde el Consejo Universitario clasifica al personal docente y de investigaciòn como de primera(los que estan en el SNI, que son 9) y de segunda (los que todavìa no estan pero son doctores) y los demás::::: Y los de primera 3 ocupan puestos en la "alta direcciòn" de la instituciòn, otros 3 ó 4 puestos de medios mandos o asesores de rectorìa... descargados para no estar frente a grupo de licenciatura y si es en el posgrado se les paga aparte de su sueldo de tiempo completo, y solo es en fines de semana. Y la responsabilidad de la formaciòn de los estudiantes de licenciatura? esta en manos de los profes de segunda, tercera y ...alguna otra clasificaciòn que ellos mismos hicieran de los academicos!! El problema es mayor porque nadie se quiere mover de su comodidad y levantar la voz, muchas veces porquè si hablo me quitan o me bloquean lo poco a lo que tengo derecho, o mejor dicho a lo que me permite este microgrupo!!! Esto se refleja no solo en el ámbito acadèmico sino en la sociedad en su conjunto, en el gobierno que tenemos y que elegimos por temor a perder, lo que otros dicen, aquello a lo que tenemos derecho. Asì queremos formar una sociedad distinta, sino somos capaces de hacer frente y defender los principios por los cuáles nacio la Universidad? Necesitamos union de la comunidad académica!!! incorporar a nuestra vida personal los principios universitarios, hacer a un lado la codicia que es la principal enfermedad en nuestras instituciones y de ahi se desprende el ansia de poder desmedido, la falta de ètica, la irresponsabilidad, el engaño, la traiciòn, el odio, etc. Muy buen artículo para reflexionar, ojala a muchos les llegara no solo como palabras sino con la posibilidad de tomar acciones y rescatar a la universidad!!!

Nombre: Roberto Carlos Fecha: 2012-03-26
Comentario: Felicidades por tan integral trabajo en favor de la comunidad universitaria, hemos sido tan castigados por las poliíticas neoliberales a favor de odiar la lectura, que el poder económico ha conseguido que ya casi nadie proteste, por la debilidad en la cultura universitaria. Si a esto le sumamos la política con sus estrategias bastante violentas, el futuro educativo, terminará completamente sometido, dominado y con grandes frustaciones y necesidades de expresar su verdadero deber ser. En horabuena por tan excelente aportacion!!!

Nombre: Salvador Cruz Fecha: 2012-03-26
Comentario: Para los que no somos universitarios nos faltan datos

Nombre: Luis Porter Fecha: 2012-03-26
Comentario: Siendo el primer día de publicación del artículo, y ante seis comentarios ya dados, quiero por una parte expresar mi agradecimiento a sus atenciones, y decirle al compañero Salvador Cruz, que pide datos, si es que se asoma nuevamente, decirme cuales. No creo que este problema de las "mafias" sea particular de la academia. Existen en todas partes, gremios, comunidades artísticas, sindicatos, clubes, etc. El tema es amplio y complicado, porque habría que distinguir entre gángsters y líderes, entre voceros y manipuladores, ya que los grupos, las uniones, son necesarias y constructivas. Muchos entienden por "datos" dar nombres, y les diré que yo soy de los que creen en decir nombres y apellidos, porque debe ser parte de la democracia. Lo políticamente correcto es un lenguaje hipócrita que soslaya, y a min no me gusta. Creo que es sano canalizar el coraje, el malestar que produce la injusticia, en forma verbal. Mucho de lo que hacemos como investigadores educativos, es simplemente terapéutico. La polémica es sana y necesaria, el debate es clarificador. A mis compañeros gángsters muchas veces los imagino reconociendo el proceso que los desvió y corrigiéndose. Puede ser una expectativa romántica, pero lo es también humana. Lo primero que hago es ver en mi mismo los elementos de gángster que me surgen de vez en cuando. Creo que en un ambiente violento es imposible no caer en sentirse en el lejano oeste y querer afinar la puntería. Seamos humanos, siempre. Es la única manera de dejar las armas y recuperar la pluma.

Nombre: Melina Fecha: 2012-03-26
Comentario: Muy necesario artículo!!! Uno como estudiante diambula por la universidad observando estas situaciones y cuestionándose acerca de la idea de ese lugar que "a veces" desdibuja el anhelo de llegar ahí. Gracias a profesores que sí subsisten a sus valores en este ambiente, mantiene uno la esperanza de unir fuerzas por el bien del propio aprendizaje. FELICIDADES!!!

Nombre: Abelardo Grijalva otero Fecha: 2012-03-26
Comentario: Magnífico e interesante artículo. comenta la pura realidad de lo que sucede en las Universidades del País, apoderadas de mafias que han llevado a las mismas a la carencia de calidad y pertinencia, son una podredumbre académica y administrativa y no existe un liderazgo que se atreva a realizar una denuncia como aquí estoy leyendo. mi tesis es que el Sistema Educativo está Colapsado y que uno de los actores más importantes: los docentes, "nadando de muertito", es verdaderamente lastimoso.